

El ayuntamiento de Säynätsalo, en Finlandia, no sólo es la obra más conocida del célebre arquitecto Alvar Aalto, sino una de las más notables de la arquitectura moderna en general.
La presente entrada incluye extractos del estudio que sobre esta obra hizo Geoffrey Baker en su imperdible «Análisis de la forma. Urbanismo y arquitectura». Pero además, quisiera complementar ese análisis con la experiencia de la visita al sitio, que permitió percibir el énfasis que puso el arquitecto en la diáfana relación de la arquitectura con el vistoso entorno natural, el estudiado manejo de escala, proporción, vistas y circulación y sobre todo, el magistral uso de los materiales propios de la tradición escandinava con un lenguaje moderno, sin por ello perder sencillez, humanidad y sensibilidad.

Tras la culminación de la Segunda Guerra Mundial, la municipalidad local organizó en 1948 un concurso para el desarrollo de una nueva sede del ayuntamiento. Aalto resultó ganador del mismo, presentando su propuesta con el nombre de Curia, en alusión al Foro Romano.

El programa incluía además del Salón Municipal, 2 salas de reunión, 5 oficinas, 5 comercios, 7 viviendas para empleados y una biblioteca. Aalto ubicó el Salón hacia el Este, la biblioteca hacia el sur, las viviendas al oeste y las oficinas y comercios al norte y el este, ubicando los comercios al nivel de la calle y la administración sobre ellos. Con esta disposición, el arquitecto buscó enfatizar la superioridad de los edificios cívicos sobre los comerciales.

Aalto creó un patio elevado con respecto al nivel del terreno, rellenando esta área y cubriéndola de césped. En el lado norte del mismo, subrayando la asimetría en la composición, ubicó una pileta, tal vez evocando al lago que circunda la isla.
Esta pequeña piazza es el espacio organizador del conjunto y se vincula al exterior mediante dos escaleras. Las principales son de granito y dan un ingreso solemne al conjunto. Una pérgola de madera define el espacio y ayuda a dar escala humana al ingreso.

Al otro lado, se ubican unas escaleras más orgánicas, hechas de pasto con contrapasos de madera, vinculando la terraza hacia la naturaleza circundante. Estas escaleras son más casuales, a veces usadas como graderías para sentarse.
Aalto altera la claridad y contundencia del partido utilizando recursos volumétricos que permitan enriquecer el micro paisaje urbano: retranqueos, voladizos, cambios de altura, etc. Además, la torre de la cámara sufre una dramática alteración en la forma de su techo.

El volumen de la biblioteca se expande sobre la plaza y define una interesante sucesión de planos, a la vez que contiene la visual desde estas escaleras. Tal vez sea por eso que éste es el ángulo más fotogénico del edificio.
En torno al patio se halla una galería vidriada que permite la integración visual fluida entre interior y exterior. Aalto ubicó aquí un jardín interior de invierno, ocultando la calefacción bajo una banca de ladrillo, a lo largo de la ventana.

A diferencia de sus obras tempranas, el arquitecto prefirió usar el ladrillo por encima del concreto, el material predilecto de la arquitectura moderna. El ayuntamiento de Säynästalo da inicio a la llamada «etapa roja» del arquitecto, dada su predilección por el ladrillo. Este material, sumado a la madera, le da una sensación de calidez al edificio, a través de su textura, sus imperfecciones y diverso tono cromático.
IMAGENES
Fotografías: ©Leon
Texto: Moleskine Arquitectonico
No Comments