Arquitectos: Luciano Kruk
Localización: Buenos Aires, Argentina
Año: 2017
Fotografías: Daniela Mac Adden.
UN CENTRO DURO CONTENIDO POR UN CERRAMIENTO BLANCO
La Casa Ecuestre esta ubicada en Costa Esmeralda sobre una ligera elevación, en el centro de una parcela de forma trapezoidal. La topografía natural del terreno no fue alterada y se conservaron la mayoría de pinos y acacias existentes, en el deseo de que esta forestación continuara vinculada con el espacio boscoso que comparte con los lotes vecinos.
EL DISEÑO Y EL CONCEPTO
“un centro duro contenido por un cerramiento blanco. Un exterior oscuro cobijando un interior claro y luminoso. Una caja cerrada al entorno construido, pero abierta a la tierra, al sol y al bosque. Tal como deseaban los clientes: una casa que permitiera potenciar los sentidos viviendo la energía de ese sosegado escenario natural.”
MATERIALIDAD Y CONSTRUCCIÓN
En la construcción de esta casa de hormigón, se utilizaron dos sistemas: uno seco y otro húmedo. Los muros interiores se proyectaron en hormigón visto, mientras que para la envolvente se optó por un cerramiento acristalado y estructura metálica revestida con paneles de madera (pino común tratado con aceite quemado en el exterior y madera de kiri en el interior).
Una elección realizada con el objetivo de generar un contrate cromático exterior-interior. Además, en el exterior, se dispusieron tarimas de madera de quebracho sin tratar que, en poco tiempo, adquieren un color semejante al del revistimiento de pino. “Fue nuestra intención que la estética rústica y silenciosa de la casa se integrara en el paisaje agreste del lugar, sin pretender imponérsele quitándole protagonismo”.
EL INTERIOR
La casa se configuró mediante dos módulos separados, dispuestos de tal manera que, conectados mediante una circulación, conformaron una planta en L. Además, para otorgar la privacidad necesaria a la casa, los laterales se revistieron con madera mientras que la fachada delantera y posterior abren al exterior mediante cristaleras. La leve elevación de la vivienda, sumada a la acacia frente al acceso, concedió resguardo a la zona común sin privarla de las vistas.
El centro de la barra frontal es iluminada mediante un lucernario ubicado en la cubierta, que además de iluminar, ventila el baño. El resto de los ambientes reciben luz y ventilación natural. La calefacción se resolvió mediante pisos radiantes, equipos de acondicionamiento de aire y dos estufas salamandras.
El mobiliario interior –como la mesa del comedor, la mesada, los estantes de los armarios roperos y de las mesas de luz- fue enteramente construido en hormigón llaneado, constituyéndose como equipamiento fijo de durabilidad y escaso mantenimiento. Tanto los suelos como las cubiertas conformaron parte del sistema pétreo.
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